lunes, 7 de marzo de 2016

Mala persona

Mantiene la taza caliente en sus manos, eso le reconforta pero a la vez evoca una cierta nostalgia, ¿o tal vez es tristeza?  Quizás esté aflorando ese sentimiento depresivo que, a veces, le acompaña. No lo sabe aunque tampoco le importa demasiado, no ahora. Sí que sabe reconocer ese sentimiento que está ahí. Acechante.
Otra pelea más, daba igual con quien fuera, daba igual el motivo. Eso ya daba igual.
Tiene ganas de llorar pero no puede; más bien no quiere. Sabe que eso no le llevará a ningún lado y solo logrará que se sienta peor.
¿Será una mala persona?
De nuevo ese pensamiento como un eco perpetuo. Sabe que no. Que no lo es...o puede que sí. Puede que por ese se enfaden constantemente con ella, que ese sea el motivo de tantas discusiones; puede que por eso acaben abandonándola, distanciándose de ella.Sí, tal vez ha de ser eso. Todo el mundo no puede estar equivocado, ¿verdad? ¿A quién le gustaría estar con una mala persona? Obviamente nadie.

No quiere, ahora no, ver a nadie y, sin embargo, ansía un abrazo que la consuele.
No hace falta que le digan que todo está bien...¿lo está? Solo necesita un abrazo, en silencio y sentir ese cariño, tal vez ficticio, que emana junto con el calor de otra persona.
Solo quiere que por una vez sea alguien quien se gire para ayudarle. Pero para eso eso debería pedir ayuda y quiere hacerlo; no obstante las palabras mueren en su boca, selladas por sus propios labios que no gritarán.
Quizá solo sea remordimiento (por ser mala persona) y que por orgullo (porque sabe que nadie le ayudará por ser mala persona) no habla.

Y aun así su interior grita implorando que alguien venga, suplicando oír que no es mala persona y que los demás están equivocados.

Da el último sorbo al contenido de la taza, ya fría, sintiéndose más calmada. Aquella tormenta había cesado pero el cielo aún seguía oscuro, esperando un rayo de sol.