miércoles, 28 de febrero de 2018

¿Les tendrías de vecinos?



El telón se levanta y comienza la función, ¿te dejas engañar por las apariencias? Los actores llevan máscaras, ¿serías capaz de adivinar quiénes son? Una pregunta lanza el narrador y la historia se congela, ¿qué decides? ¿A quién elegirías de vecino: a un esquizofrénico , a un suicida bipolar o a una persona con depresión? Antes de responder escucha la historia los personajes comienzan a moverse…

Un profundo grito desde el silencio y miles de voces se alzan en susurros, gritos, amenazas y llanos pero nada de esto parece perturbar a los demás, porque ellos no pueden escucharlos, ¿verdad?

Una idea, una tentativa, una dulce escapatoria. Una pequeña pastilla que no deja de dar vueltas ente sus dedos, sería tan fácil acabar con todo, silenciar de una vez al mundo.

Una pesada angustia anegada en su pecho, le oprime el corazón, el aplasta los pulmones y se alimenta de su energía.

Y lo saben. Saben que no es “normal”.

Y las lágrimas acuden a los de cada una de ellas, de todos ellos.

Porque conocen que son solo una etiqueta, un problema, un peligro, alguien de quien alejarse. Sus lazos se rompen y caen, perdiéndose, abandonándose, abrazándose a la soledad. En su mente solo el eco de su enfermedad se repite de forma constante; un mantra que no logran silenciar.

¿Cambiaría tu visión si supieses que esa persona está más cerca de lo que piensas?

Es un secreto que les consume pero sus labios han sido cosidos por la sociedad, un tabú que con el más irrisorio murmullo se prende cual pólvora y explota.

Esa chica que conduce el autobús y te espera todas las mañanas, saludándote con una sonrisa; ese nuevo profesor de tu hijo, el cual ha logrado captar su atención o esa amiga a la que han despedido y aún no encuentra trabajo.

Ya conoces las historias, lo que hay detrás de las máscaras, ¿qué opinas ahora?

Como un cristal quebrado, ¿serías capaz de mirarles sin cortarte?