lunes, 16 de octubre de 2017

Chillido

Siempre le gustó estudiar, se pasaba horas en la biblioteca leyendo todo tipo de libros. Le gustaban las ciencias más que las letras. eran las exactas; sin embargo, su asignatura preferida era la filosofía. Aprendió a replantearse muchas de las ideas en las que creía firmemente y empezó a obsesionarse con una: conocer la verdad absoluta. Descubrir lo que se ocultaba tras el velo de la ignorancia

Tal fue su empeño que al final lo consiguió, encontró una forma oculta y olvidada perteneciente a una civilización tan antigua que ni las historias, mitos cuentos o leyendas hablaban de ella.
No le costó demasiado dar con ello (una vez halló al información necesaria) pese a que las ruinas estaban ocultas por las vegetación, destrozadas por el tiempo y enterradas en un lugar que ya no existía. Sus cálculos fueron exactos.

Con la paciencia de quien sabe que lo que espera encontrar se deslizó hasta llegar a la cámara que debía. Antes de entrar observó lo que no pudo discernir si se trataban de esculturas, símbolos o simples adornos esculpidos en la pared pero tampoco le preocupó mucho, cuando volviera sabría que eran.

No se detuvo un solo instante a cuestionarse el motivo por el que aquella antigua cultura desapareció de tal forma que era cómo si jamás hubiera existido, ni siquiera que aquellos extraños grabados pudieran ser una advertencia.
El único legado que dejaron, que prueba que fueron reales y no producto de un extraño sueño, se ha modificado con el tiempo hasta el punto de convertirse en una frase banal.

"La curiosidad mató al gato"

Había escuchado esa frase con anterioridad, no lo llegó a relacionar, lo único que pensaba era que, de ser así, habría merecido la pena.

Tomó aquel arcaico objeto entre sus manos, por un segundo pensó en Pandora y su caja, titubeó antes de abrirlo.
Nada salió como tenía planeado.
Sí, finalmente fue capaz de conseguir el conocimiento buscado pero aun precio demasiado alto.
Gritó ante lo que acababa de descubrir y su chillido quebró demasiadas cosas, entre ellas su mente; no obstante, no llegó a romperse. Quedó repleta de pequeñas fisuras por las que locura y racionalidad se mezclaban, pequeñas grietas entre las cuales lo mágico y real, vida y muerte se unían.
Se perdió en el laberinto que formó su mente.




N/A: Este breve relato se trata de un micro que escribí en twitter pero un poco más largo.
Si a alguien le interesa lo escribí para el concurso  de Escritores Malditos (@LMDEscritor), si os gusta escribir os recomiendo pasaron por allí.

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